No contiene teína y ayuda en los casos de alergia. El continente africano rebosa alimentos únicos. Nos ofrece auténticas sorpresas gastronómicas de gran valor terapéutico, que son prácticamente desconocidas para muchos. Éste era el caso del té rooibos hasta hace unos años, pero ahora su fama ha traspasado fronteras y cada vez son más las marcas productoras de tés que lo incluyen en alguna de sus mezclas. A pesar de tan repentina popularidad, todavía hay demasiada confusión con respecto del verdadero potencial de esta maravillosa planta. El otro té rojoSon muchos los que creen que el rooibos y el té rojo Pu-erh son la misma cosa. Esta creencia tal vez venga de que ambos tés dan una infusión de un encendido color rojizo, pero lo cierto es que se trata de dos plantas muy diferentes, que sólo coinciden en alguna de sus propiedades. Para empezar, el rooibos está libre de teína, por lo que puede ser tomado sin problema en las últimas horas del día o por los más pequeños de la casa. Además, es bastante más digestivo que su homónimo asiático y no inhibe la absorción de hierro. Pero el punto donde existen más confusiones es en sus cualidades quemagrasas, nombre con el que muchos conocen al té rojo chino. Cierto es que el rooibos puede ser un complemento muy valioso en dietas de adelgazamiento, pero esto no es debido a su capacidad de acelerar nuestro metabolismo sino porque, al tomarlo de forma continuada, contribuye a equilibrar nuestros niveles de potasio y sodio, reduciendo la retención de líquidos y ayudándonos a deshincharnos.
Por Laura Kohan
Revista Integral
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