El Argan (Argania Espinosa) es un árbol originario de Marruecos que constituye la segunda reserva forestal del país y el cual puede llegar a vivir hasta 200 años.
Lo llaman "el dador de vida en Marruecos", el único lugar donde crece. La plantación de árboles del Argan se extiende aproximadamente en 750.000 hectáreas, en el triángulo formado por Essaouira, Agadir y Taroudant. Este árbol de la familia de las Sapotáceas, es particularmente resistente a las condiciones secas y áridas de esta zona. Puede tolerar de hecho las temperaturas que van de 3 hasta 50°C, y se conforma con un nivel de lluvias muy escaso. Poco conocido en otras partes, el argan sobrevive luchando contra la desertificación y proveer valiosos productos y trabajo para los beréberes, el pueblo autóctono de la zona.
Superviviente de la era terciaria, su capacidad de resistencia al calor y a la sequedad, permitió que él se adaptara a los suelos más pobres. El Argan crece de manera salvaje y en abundancia en las regiones áridas y semiáridas del Sur-oeste de Marruecos, donde representa un elemento irreemplazable en el equilibrio ecológico y en la salvaguardia de la biodiversidad.
Retorcido y espinoso, envía sus raíces profundamente a la tierra en busca de agua, uniendo el suelo, contribuyendo al mantenimiento de la tierra y permite luchar contra la erosión de las aguas y del viento que amenazan desertificar buena parte del área.
Su fruto color verde -de aspecto parecido a una aceituna gigante- tiene un olor dulce pero un sabor desagradable. Aún así, contiene un verdadero tesoro: una nuez muy dura con unas pequeñas semillas ricas en aceite. El aceite es muy nutritivo, y - cosa aun más importante -rico en ácidos grasos esenciales y antioxidantes. Usado localmente hace mucho tiempo como elemento medicinal y cosmético, también ha sido utilizado para mojar pan y como aliño para ensaladas. (Actualmente es un ingrediente cosmético y terapéutico de efectividad comprobada científicamente, ya utilizado en Europa y América del Norte).
Las cabras que ayudan a cosechar las semillas, les prohíben entrar al bosque hasta que los frutos hayan madurado; en el tiempo justo, hacen frente a las espinas y trepan a los árboles, comiendo la carne de sabor desagradable de los frutos. Las nueces descartadas por las cabras luego se rompen a mano entre dos piedras - un proceso muy laborioso - para extraer el fino aceite.
Las cáscaras de nuez se queman como combustible. La madera del argan - conocida como "madera de hierro marroquí" - es muy valorada, y se usa para incrustaciones en cajas de taracea. Nada es desperdiciado. Varias cooperativas de mujeres han empezado a cosechar el aceite para exportación, ofreciendo muy necesarios empleos.
El aceite de Argan es el secreto de belleza de las mujeres marroquíes desde hace siglos, para el cuidado de la piel y el cabello, dado su alto contenido en antioxidantes y su facultad para reforzar la hidratación natural.
Es una increíble fuente natural de vitamina E, con un 80% de ácidos grasos esenciales. Se denominan ácidos grasos esenciales a un grupo de ácidos grasos que el organismo no puede fabricar y que tienen que ser ingeridos en forma de aceite vegetal través de los alimentos o de los complementos nutricionales. Se diferencian de los no esenciales (ácidos grasos saturados y mono insaturados) en que estos últimos puede obtenerlos el organismo a partir de las proteínas, los alcoholes o los carbohidratos.
Lo llaman "el dador de vida en Marruecos", el único lugar donde crece. La plantación de árboles del Argan se extiende aproximadamente en 750.000 hectáreas, en el triángulo formado por Essaouira, Agadir y Taroudant. Este árbol de la familia de las Sapotáceas, es particularmente resistente a las condiciones secas y áridas de esta zona. Puede tolerar de hecho las temperaturas que van de 3 hasta 50°C, y se conforma con un nivel de lluvias muy escaso. Poco conocido en otras partes, el argan sobrevive luchando contra la desertificación y proveer valiosos productos y trabajo para los beréberes, el pueblo autóctono de la zona.
Superviviente de la era terciaria, su capacidad de resistencia al calor y a la sequedad, permitió que él se adaptara a los suelos más pobres. El Argan crece de manera salvaje y en abundancia en las regiones áridas y semiáridas del Sur-oeste de Marruecos, donde representa un elemento irreemplazable en el equilibrio ecológico y en la salvaguardia de la biodiversidad.
Retorcido y espinoso, envía sus raíces profundamente a la tierra en busca de agua, uniendo el suelo, contribuyendo al mantenimiento de la tierra y permite luchar contra la erosión de las aguas y del viento que amenazan desertificar buena parte del área.
Su fruto color verde -de aspecto parecido a una aceituna gigante- tiene un olor dulce pero un sabor desagradable. Aún así, contiene un verdadero tesoro: una nuez muy dura con unas pequeñas semillas ricas en aceite. El aceite es muy nutritivo, y - cosa aun más importante -rico en ácidos grasos esenciales y antioxidantes. Usado localmente hace mucho tiempo como elemento medicinal y cosmético, también ha sido utilizado para mojar pan y como aliño para ensaladas. (Actualmente es un ingrediente cosmético y terapéutico de efectividad comprobada científicamente, ya utilizado en Europa y América del Norte).
Las cabras que ayudan a cosechar las semillas, les prohíben entrar al bosque hasta que los frutos hayan madurado; en el tiempo justo, hacen frente a las espinas y trepan a los árboles, comiendo la carne de sabor desagradable de los frutos. Las nueces descartadas por las cabras luego se rompen a mano entre dos piedras - un proceso muy laborioso - para extraer el fino aceite.
Las cáscaras de nuez se queman como combustible. La madera del argan - conocida como "madera de hierro marroquí" - es muy valorada, y se usa para incrustaciones en cajas de taracea. Nada es desperdiciado. Varias cooperativas de mujeres han empezado a cosechar el aceite para exportación, ofreciendo muy necesarios empleos.
El aceite de Argan es el secreto de belleza de las mujeres marroquíes desde hace siglos, para el cuidado de la piel y el cabello, dado su alto contenido en antioxidantes y su facultad para reforzar la hidratación natural.
Es una increíble fuente natural de vitamina E, con un 80% de ácidos grasos esenciales. Se denominan ácidos grasos esenciales a un grupo de ácidos grasos que el organismo no puede fabricar y que tienen que ser ingeridos en forma de aceite vegetal través de los alimentos o de los complementos nutricionales. Se diferencian de los no esenciales (ácidos grasos saturados y mono insaturados) en que estos últimos puede obtenerlos el organismo a partir de las proteínas, los alcoholes o los carbohidratos.
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