Cuando se habla de frutos secos generalmente no suele ser la avellana la primera que viene a la mente y esto debería cambiar, pues las avellanas son uno de los frutos secos más nutritivos e interesantes desde el punto de vista de la medicina natural.
Al igual que las nueces, las avellanas son ricas en ácidos grasos insaturados que regulan los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre sin las contraindicaciones de los fármacos sintetizados para este fin. Por otro lado, los beneficios de las avellanas sobre la piel son notables y se deben a su elevado contenido en vitaminas A y E, ambas de acción antioxidante y antienvejecimiento. La vitamina A, a su vez, asegura el buen estado de las mucosas y previene algunas enfermedades degenerativas de la visión, mientras la vitamina E, consumida de manera regular desde la infancia, reduce la posibilidad de infertilidad. Ambas vitaminas, A y E, son liposolubles y por tanto existe riesgo de sufrir hipervitaminosis, aunque resulta muy difícil llegar a esos extremos con tan solo la alimentación.
Otros beneficios de las avellanas son debidos a su elevado aporte de calcio, magnesio y potasio. En el caso del calcio, las avellanas son uno de los alimentos a tener en cuenta cuando alguien no puede o no desea consumir productos lácteos, para prevenir problemas de osteoporosis. El magnesio, unido a su aporte calórico elevado, hace de la avellana un alimento ideal para ser consumido antes o durante la práctica deportiva, evitando la fatiga y favoreciendo la regeneración de las fibras musculares dañadas durante el ejercicio. Y gracias a su contenido en potasio, las avellanas completan su acción cardiosaludable regulando la tensión arterial, rebajándola suavemente y favoreciendo además la eliminación de tóxicos por la orina.
Aunque en el caso de las avellanas el efecto insalubre de los pesticidas no es tan acusado, por tratarse de un fruto con cáscara dura y no comestible, las propiedades medicinales y los beneficios nutricionales de las avellanas ecológicas serán siempre superiores.
Fuente: Mapachito www.potiholic.blogspot.com
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