La avena era un alimento cultivado para alimentar al ganado, hasta que un doctor probó a dárselo para desayunar a enfermos aquejados de dolencias gastrointestinales.
La avena es uno de los cereales más completos desde el punto de vista nutricional. En su piel se concentran la mayor parte de sus vitaminas ( vitaminas A, E y muchas del grupo B ) y minerales ( hierro, fósforo, calcio, magnesio y zinc ). Tanto la vitamina A como la vitamina E son antioxidantes naturales, y ayudan a mejorar el buen estado de la piel. La combinación de hierro con vitaminas del grupo B es esencial para prevenir anemias, el fósforo interviene en los procesos neurológicos y en el aprovechamiento energético de los nutrientes, mientras el zinc mejora la fertilidad y la líbido y el magnesio combate la fatiga tanto física como mental, favoreciendo el buen estado de los músculos. Las vitaminas del grupo B también están implicadas en procesos cerebrales. Por todo ello la avena es un alimento muy adecuado para niños, para deportistas, para mujeres en edad fértil, o para todo el mundo, pues no contiene gluten.
La avena aporta además dos tipos de fibra: la fibra insoluble, que regula de manera natural el ritmo intestinal, combatiendo tanto estreñimientos como diarreas; y la fibra soluble, que reduce la asimilación del colesterol a nivel intestinal y con ello sus niveles sanguíneos, convirtiendo a la avena en un alimento cardiosaludable.
La avena de cultivo ecológico presenta una cantidad considerablemente superior de nutrientes, tanto si nos referimos a vitaminas como si hablamos de minerales, y tiene la seguridad añadida de estar libre de cualquier traza de pesticida. En consecuencia, la avena ecológica resulta mucho más nutritiva y saludable que el mismo cereal cultivado de manera convencional.
Autora del artículo: Mapachito http://potiholic.blogspot.com/
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