sábado, 31 de diciembre de 2011

Vida Saludable



Todos hablan de ella, muchos creen vivirla, pero qué significa realmente, llevar una vida saludable?

Saludable significa que aporta salud. Pues habría que definir primero qué es salud. En clave negativa, es fácil: ausencia de enfermedad. En clave positiva se define según la OMS, mantener el equilibrio entre organismo, mente y bienestar social, yo le añadiría también de las emociones. Abarca cuatro ámbitos. Sin embargo, cuando nos referimos a vida saludable, casi siempre nos limitamos a la salud de organismo: buenos hábitos alimentarios y actividad física para mantenernos en forma. Nos olvidamos de la salud mental y aquella emocional. Estas también necesitan un cuidado y un cariño diría casi diario.

Cuerpo físico, emociones y mente están intrínsicamente colegados entre sí e interfieren mutuamente: si me rompo una pierna (organismo) que me obliga estar encamada un mes, mis ánimos estarán por los suelos (emoción) y mis pensamientos, negativos (mente). Si vivo un duelo por una separación, mis pensamientos giran alrededor de venganza, incredulidad, rabia, mi cuerpo se resiente con dolores de cabeza, o contracturas musculares y emocionalmente estoy hecha un trapo. Esto se debe a que el sistema nervioso y el endocrino están muy ligados, cada interferencia incide en el otro. Por esto es tan importante cuidar todos los aspectos de nuestro ser.

Dentro de lo meramente físico la alimentación tiene un papel primordial. Ya Hipocrates decía que tu alimentación sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimentación. Qué es pues saludable? O para empezar, qué no lo es? De entrada y lamentablemente todo lo que suele gustar mucho: azúcares y grasa, hasta nos llegan a hacer adictivos (coca-cola, patatas chips, donuts….); todo lo procesado porque ha sido manipulado, porque contiene demasiada sal y ácidos grasos saturados (en Dinamarca acaban de ponerle un recargo a cada producto con demasiada grasa saturada) y porque contiene demasiados conservantes y colorantes. Sin olvidar de las dietas adelgazantes excluyentes de algún componente importante para la dieta, ante todo la proteica. Para no olvidarse de lo más común: comer cereales refinados, comer carne más de dos veces a la semana y consumir lácteos. Ya tendremos tiempo para desgranar este tema.
En el ámbito emocional, hay que vigilar para que no se disparen las emociones negativas (crítica, enfado, envidia, celos,…) y fomentar las positivas (tolerancia, complacencia, respeto, confianza…). En la salud mental no siempre podemos incidir directamente en todos los ámbitos, los hay que “dependen” del sistema nervioso o de procesos bioquímicos, pero indirectamente sí que podemos influir y es tan sencillo como alimentarse adecuadamente y cuidar las emociones positivas. Y, para acabar, la salud social también se suele olvidar a menudo, pero el contacto con tu familia, tus amigos o el señor sentado a tu lado en el tren, la señora que te precede en la cola para el décimo de Navidad, es tanto o más saludable que la mejor dieta. No te olvides de todos ellos… ¡regala una sonrisa!


Autora del artículo: Stefania Zanier http://espaiartemisa.blogspot.com

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